Diez años llevan cientos de familias que ocuparon este lugar luego de que las autoridades sacaran camiones cargados de material para la construcción de la Autopista 6 de Noviembre y las dejaran abandonadas sin ninguna protección.
Narró que el pasado viernes comenzó a recoger lo poco que tiene, porque el agua le daba a la altura de la cintura dentro de la casa, pero temía dejarla sola porque los ladrones se aprovechan de la situación y cargan con todo.
Isabel Heredia, quien vive en la calle 8, explicó que ayer tuvo que abandonar su hogar porque dentro el agua le daba al cuello y no quería que le sucediera como el 5 de julio pasado, que una brigada de la Defensa Civil se vio obligada a rescatarla porque el agua la tapaba frente a la casa.
Y Gaspar Reyes, refugiado en el Centro Comunal Montero Vargas, en Moscú, mostró pesar porque ninguna autoridad se ha condolido por la situación en que viven cientos de familias, excepto el Ministerio de Salud Pública, que acude a inmunizar a los refugiados contra enfermedades tropicales. Sugirió al Gobierno invertir en drenaje del barrio, para evitar que tres y cuatro veces al año tengan que estar con la cruz a cuestas, huyendo al lago que se forma en Moscú.
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